La perspectiva etológica ha resaltado la
importancia de las investigaciones que buscan sus datos en la observación de la
conducta en el medio que se produce. Los autores de inspiración etológica
practican estudios naturalistas, es decir, tratan de observar los hechos tal y
como se producen naturalmente.
Perspectiva ecológica: Tal perspectiva
plantea además exigencias conceptuales entre las que se pueden destacar algunos
aspectos importantes: la consideración de la multiplicidad de influencias que
recaen sobre el niños y el adolescente a lo largo de su desarrollo, el sentido
bidireccional de esas influencias que recaen sobre el niño y el adolescente a
lo largo de su desarrollo. El sentido bidireccional de esas influencias, (el
niño no se limita a ser influido por la actuación de los otros sobre o con él,
sino que a su vez también influye a quienes le rodean y determina con sus
características los modos de relación que con él se mantienen) la toma en
consideración de realidades no inmediatamente presentes, pero que ejercen una
influencia sobre lo que se observa.
Perspectiva cognitivo – evolutiva y del procesamiento de la
información: estas perspectivas han sido de las mas activas y productivas
en la década de los ochenta, las aportaciones han sido tanto conceptuales como
metodológicas, se puede destacar, el hecho de que gracias a estas perspectivas
la Psicología Evolutiva contemporánea se ha adentrado en profundidad en el
estudio de procesos cognitivos básicos tales como la percepción, la atención,
la memoria, el razonamiento, y la resolución de problemas.
Perspectiva histórico – cultural: Tal perspectiva ha ganado un
muy considerable auge en los últimos años, especialmente la obra de Vygotsky,
cuya obra permaneció ignorada durante décadas y que ha dado lugar recientemente
a muy diversos y ricos desarrollos. Resultado de una concepción dialéctica de
los fenómenos psicológicos, la perspectiva a que nos referimos resalta el papel
histórica y culturalmente mediado de dichos fenómenos. El niño recibe de
quienes le rodean una serie de instrumentos y estrategias psicológicas de los
que se va a apropiar a través de un proceso de interiorización. De todos los
recursos que, procedentes de la evolución histórica y de los logros culturales,
le llegan al niño a través de la interacción social, se debe destacar el
lenguaje, poderoso instrumento que de manera peculiar refleja la realidad y
permite reflexionar sobre ella, mediador entre estímulos y respuestas.
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